Senda de la Casa de la Ciudad

Presentación breve

El monte Valonsadero es una zona natural de 2.800 hectáreas situada a escasa distancia de la ciudad de Soria, constituyendo un lugar favorito de esparcimiento de los sorianos. Se caracteriza por una orografía de suaves colinas tapizadas de hermosos bosques de roble y verdes praderas donde pastan tranquilamente vacas y caballos. Los numerosos afloramientos de piedra arenisca que salpican el paisaje albergan un interesante conjunto de pinturas rupestres de la Edad de Bronce.

La senda "Casa de la Ciudad" forma parte de una red de cinco senderos de pequeño recorrido bien señalizados que permiten descubrir todos los rincones y tesoros de este singular espacio natural.

Señalización

Senda homologada y señalizada como PRC-SO 59, balizada con marcas blancas y amarillas.

Descripción completa de la ruta e indicaciones

El sendero lo vamos a recorrer en sentido horario.

Al tratarse de una ruta circular, da igual si uno lo sigue en sentido horario o antihorario. Si bien las guías del parque lo indican en sentido antihorario, nosotros proponemos hacerlo en sentido contrario; así las subidas son más suaves y en noviembre de 2018 hemos podido disfrutar del espectáculo del Moncayo nevado delante de nosotros según andábamos, y no a nuestra espalda. Así que lo presentaremos en este sentido.

Hemos tomado como punto de inicio y final el parking de la Casa del Guarda. Aquí hay muchas plazas de aparcamiento, y además tiene el aliciente de la bonita terraza donde podremos tomarnos algo al completar el recorrido.

El sendero está homologado con la numeración PRC-SO 59, e identificado con el color amarillo en los letreros y balizas instalados por el Ayuntamiento de Soria. Todo el recorrido está muy bien señalizado, y no tiene pérdida.

Aparte de las marcas blancas y amarillas que señalan el sendero, en cada cruce de caminos hay carteles de madera que indican las distancias en tiempo a diversos puntos de referencia, como la Casa del Guarda, Cañada Honda, el Puente del Canto, etc.

Iniciamos el camino en el aparcamiento de la Casa del Guarda, andando en el mismo sentido que los coches, con el restaurante a nuestra maño derecha. A la izquierda podemos ver en la distancia la Sierra de San Marcos, identificable por la cantera de Golmayo, y más cerca de nosotros la Sierra de Cabrejas que termina justo enfrente de Valonsadero en el carismático Pico Frentes.

Siguiendo las marcas blancas y amarillas nos ponemos en marcha por un camino de tierra, subiendo a través un campo de hierba. Al reencontrarnos con la carretera asfaltada giramos a la derecha para seguir subiendo pegados a una valla metálica. Al final de esta valla giramos nuevamente a la izquierda. A nuestra derecha vemos que estamos bordeando una gran hondonada.

Entre robustas piedras vamos bajando al paraje de Cañada Honda, una vaguada de escarpadas paredes que forma un corral natural donde se guardan las reses bravas tan presentes en las célebres fiestas sorianas de San Juan y los actos tradicionales de La Compra, El Lavalenguas o La Saca. Pasamos delante de los toriles y continuamos de frente, cuesta arriba, por la otra ladera de esta cañada.

Casi inmediatamente encontramos a nuestra izquierda una indicación que señala uno de los numerosos conjuntos de pinturas rupestres repartidos por el monte, en este caso el del Peñón del Majuelo.

Cada conjunto está protegido con una valla metálica y acompañado de un panel informativo. En la columna de la derecha de esta página encontrarás un enlace para descargar el folleto publicado por el Ayto de Soria. En muchos casos estas representaciones no son fáciles de ver o de interpretar, pero en este caso sí, y merece la pena detenerse un momento.

Después, continuamos por la misma pista de tierra, atravesando un evocador bosque de robles tan característico del Monte Valonsadero. Al cabo de un kilómetro y pico la pista se bifurca hacia derecha e izquierda, pero nuestro sendero continúa de frente por un camino de tierra. En todo caso, está muy bien señalizado.

Tras otros cinco minutos de andar, salimos de entre los robles y nos asomamos a una gran superficie plana y sin árboles. Seguimos de frente a la vez que admiramos delante de nosotros la mole del Moncayo, que con sus 2.314 m es la cumbre más alta de todo el Sistema Ibérico. Y en la media distancia, justo delante del Moncayo, vemos el cerro con las ruinas de Numancia, en la cercana localidad de Garray.

A nuestra izquierda, por encima de los robles, se alza la Sierra Cebollera.

Atravesada esta meseta, comenzamos a bajar y nos encontramos con unas edificaciones en estado ruinoso. Se trata de la antigua casa de los guardas del monte, que hoy en su abandono sirve de refugio para las vacas. Se conoce como La Casa de la Ciudad, y da nombre a esta senda.

Bajamos por un camino empinado, que el día que hicimos esta ruta estaba convertido en un auténtico barrizal por el paso de las vacas, pero sin embargo nos pareció la parte más sugerente de la ruta.

Desde aquí debemos seguir el cauce del río Pedrajas para volver a nuestro punto de incio. Este pequeño afluente del Duero atraviesa todo el Monte Valonsadero, pero no lleva nada de agua durante gran parte del año.

En seguida llegamos al Puente del Canto, otro de los parajes más hermosos de Valonsadero. Este bonito puente de piedra cruza el río Pedrajas junto a una gran vega donde reina la tranquilidad y un ambiente muy bucólico.

Y así, pasando por delante del barranco de Valdecaballeros y el Peñón de los Isaces, donde también hay varios conjuntos de pinturas rupestres, llegamos al final de nuestro camino, saliendo a la carretera de acceso a pocos metros del parking donde hemos empezado.